Un susurro al viento (A. Pablo Tenor)
¿Quién nos iba a
decir que un COVID-19 se pasearía en la primavera de este mundo sembrando el
pánico y la destrucción? Y así encapsulados en un capítulo de Black Mirror
hemos dado nuestra desconsolada bienvenida a un nuevo orden distópico,
alienante y endiabladamente paradójico.
La estación del año donde respiramos y anhelamos
contemplar de nuevo la flor del almendro y deseamos que nos aturda esa luz que
da paso a una sensualidad que se propaga… días para emborracharse de sol… De
repente de forma absurda y brutal nos vemos siendo los protagonistas de alguna
serie creada por una mentalidad brutalmente antagónica con lo establecido, con
lo previsto. Ya no vale lo que debería ser. Las luchas de nuestros antepasados
por una libertad aniquilada en arresto domiciliario obligatorio, responsable y sensato
(según nos dicen) pero… ¿Quién no se ha sentido tentado a cuestionar este
confinamiento e imaginarse caminando con los pies descalzos bajo un manto verde
de hojas vivas? Miramos estupefactos las noticias de las que, como siempre hay
que creerse la mitad de la mitad. Buscamos alguna ocupación en la que ocupar
este día y seguimos avanzando ¿Y si todo no es más que un mal sueño?...
Hibernación, zozobra, culto al sillón. "Tendremos divanes profundos cual
tumbas" dejo escrito Baudelaire en Las flores del mal (un buen libro
reservado solo a los valientes que intentan cruzar la barrera de la acomodación
y miran más allá del horizonte…) De un día para otro nos ha sido prohibido
abrazar… pero no sonreír…Por ahora.
Además de esta paradoja que pone a
prueba nuestra fibra más sensible mientras el hombre del tiempo sonríe
anunciando una de las primaveras más calurosas de la historia… Toca ahora
arremangarse y cruzar el Rubicón del aislamiento social mientras buceamos en las
razones que un día nos llevaron a elegir… ¿Quién no se ha preguntado alguna vez
que hubiera sido de su vida si tal o cual cosa hubiera o no hubiera sucedido?
Pues ahora estamos ante la posibilidad de crear una nueva oportunidad, un nuevo
futuro mucho más esperanzador para nuestros hijos. Lo peor está por
llegar y los efectos económicos serán devastadores, eso es inevitable. Pero tú
sabes que la gran pregunta no es esa sino otra mucho más sutil y no por ello
menos directa ¿En qué parte de la orilla estarás mientras esto sucede? ¿Hacia
dónde dirigirás tu anclaje y tu brújula, caminante…?
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