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Mostrando entradas de febrero, 2020

Ley de la Atracción

Nuestra amiga, La Luciérnaga, nos plantea esta semana a los Amigos de la Lectura un nuevo tema, LA FAMOSA LEY DE LA ATRACCIÓN, ¿Existe? ¿Funciona? En su artículo nos da una explicación breve y sencilla, fácil de entender. Según ella, la respuesta es SÍ Y SÍ, sí existe y sí funciona. En su opinión la ley de la atracción ha existido desde siempre. La única diferencia es que antes no teníamos a nuestra disposición toda la información que tenemos ahora, ni todos los medios que ahora existen para obtener información, y porque no decirlo, conocimiento también, ahora todo está a nuestro alcance. Si queréis profundizar en el tema os invito a que leáis el artículo completo en La Cueva de la Luciérnaga, pinchando en el siguiente Enlace: La Cueva de la Luciérnaga

BIENVENIDA LUCIERNAGA

Hoy el club de Amigos de la Lectura está de enhorabuena. Acabamos de descubrir un lugar misterioso. Se trata de una cueva en medio del bosque. En ella habita una luciérnaga que sueña con poder iluminar las mentes. Nos invita a descubrir que dentro de cada uno hay una flor , o un tesoro escondido. Sigamos su camino , adentrémonos en su sendero. Bienvenida, Luciérnaga.

SIN FECHA NI DESTINO

Esta carta sin fecha ni destino está escrita con todo mi amor y el dolor más profundo a la mujer de mi vida; ella no la espera y yo no la olvido. Han pasado diez  años, cuatro meses y quince días; estaba amaneciendo y los gallos cantaban, su canto era triste y frío, como una despedida. Entraba la primavera y los campos rebosaban vida, por la vieja ventana de madera medio abierta, el olor azahar de los naranjos envolvía la habitación  con su aroma, y un rayo de sol traspasaba los visillos reflejando en su cara una sonrisa perdida. Con toda su lucidez sacó fuerzas de donde no había, y con voz tierna y rota pronunció sus últimas palabras para decirme que estaba preparada. Había llegado su hora. Sus manos acariciaban las mías con ternura mirándome a los ojos. Por sus mejillas corrían dos lágrimas como dos gotas de rocío,  poco a poco se fue apagando en un suspiro profundo que cortaba el aire como un puñal de hoja fina arrebatándole la vida. Si grande era mi pena, más fue la suya. Yo t

¡PARA MORIR NO HAY QUE TENER PRISA!

Decía mi amigo “Para morir no hay que tener prisa”. Pronto cumpliría los noventa años y no encontraba el momento justo para despedirse de esta vida. Vivía obsesionado con la muerte, la suya. Con su edad pensaba que le perseguía a todas partes. La única esperanza y tranquilidad que tenía: creer que se había olvidado de él. Cada uno tiene su día, su hora y una fecha, cosas de las matemáticas, los números o el destino. En un momento tan íntimo, donde es una lucha entre dos y la realidad es uno mismo.  No hay un perdedor ni un ganador, se vive y se muere. Me decía: “si muero que no sea a oscuras. Dejadme la ventana abierta para que pase la luz del día. Si es de noche, una bombilla encendida, tengo tiempo para estar en lo tenebroso. No me importa la muerte, si no es la mía, no la buscaré, me repela pensarlo, igual que el aceite y el agua. Una muerte digna y tranquila,  una despedida sin pañuelos ni lágrimas, un adiós con una sonrisa. A donde voy no me esperan y no creo que me echen en falt