Y el Genil que venía bravío, cuan caballo de un malvado galopante y desbocado de pura sangre concebío, rebosa arte y señorío cuando cambió de caminar a ese trote singular que despacito marchando se transformó en meandro al ver tan florido lugar. Será por ser tierra de María; Socorro, Fuensanta y Dolores, rebosante de mil colores que El Creador emplearía para concebir la armonía en esta bendita tierra de verde olivar y sierra; nació la espartera hermosa; se llama Badolatosa y el Genil dejó de ser fiera. Fueron suaves caricias, que norias, al río, dieran, que agradecidas riegan, tierras que nos dan delicias, propiciando las pericias del humilde hortelano, logrando su ruda mano una tierra de riqueza que dio su ser y grandeza a un pueblo bello y arcano. Así la tierra parió a mi pueblo, bajo el sol que su escudo luce y azul que a sus aguas emule, donde el Genil dio su requiebro y es por ello que yo celebro ser de esta hermosa tierra que al que ose repudiarla, erra; blanca cal, co
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