El Cerezo de las Huertas de la Manga (3ª parte)
Entraba la estación del otoño. Las hojas van cambiando de color. Pasan de los verdes a los ocres, van cayendo poco a poco, despacito, sin prisas. El campo va tomando un color gris, como el cielo con los nubarrones. El cerezo se va quedando desnudo con los fríos. La savia se paraliza y entra en un estado de reposo vegetativo. Un sueño muy profundo lo envuelve. Va montado en una nube volando, cruzando países y llega a Japón, donde lo están esperando. Es un invitado de honor. Cada año celebran “La Contemplación de los Cerezos en Flor”. Ellos le llaman el “Hanami”, donde las parejas declaran su amor debajo de un cerezo florecido. Los sueños, sueños son, y por arte de magia, en un momento, se encuentra en Jerte, en el valle de los cerezos. Un pueblo agricultor que vive de la recolección de la cereza. Elogian y festejan el día del cerezo para agradecer sus frutos. El cerezo ha estado relacionado con los dioses y divinidades en la mitología romana. Se relaciona con Venus, la diosa del amor