Amigos de la lectura, buenas de nuevo.

Buenas, amigos. Van pasando los días y el mundo que conocíamos está cambiando, desde que este intruso invisible y desconocido llegó para quedarse. Aparte de transmitir la pandemia está sembrando dolor, tristeza y todos los calificativos que se nos pasen por la cabeza. La vida no es como la conocíamos. Hoy vamos con el rostro tapado y la sonrisa oculta. ¡Con la falta que nos hacer reir y la alegría!

Nuestros enfermos por el virus solo encuentran el calor y apoyo de los ángeles de bata blanca. La familia pasa a un segundo plano, todo para no expandir el bicho.

Estamos enterrando a nuestros seres queridos sin un adios como ellos se merecen...

Un virus o bicho que nos quiere decir que no somos nada, por muy grandes y poderosos que nos creamos. Él nos demuestra cada día que el ser humano es débil, arrogante y no se compadece de la lista de muertos y contagios. Las familias nos vamos acostumbrando a saludarnos con los gestos, a hablar lo justo y necesario. Nos vamos adaptando a sentirnos mal y a sentirnos culpables, a vivir separados.

Amigos de la lectura también vive la pandemia. Estamos aquí en silencio, pensativos. Algo ocurre que nos tiene atrapados y no encontramos las palabras adecuadas para desenmascarar a ese bicho, enemigo o amigo de la desgracia.

De siempre creía que ser positivo era lo mejor y ahora miro con recelo cuando me dicen "tu vecino es positivo". Algo nos está cambiando. De todos dependerá que esto tenga un final feliz, apostemos porque así sea. Lucharemos  con las armas más mortíferas, la mascarilla y guardar la distancia. Sin perder la sonrisa oculta, guardemos todo el amor que llevamos dentro. El día está cerca, para compartir tanto cariño retenido en nuestros corazones. 

No olvidaremos a tantos que nos han dejado por el virus o por otras enfermedades. 

Amigos de la lectura os animamos a leer un buen libro, no mata el bicho, pero ayuda a ser más libres y llevar una vida más interesante y apasionada.